domingo, 26 de julio de 2009

Bibliotecari@s

Toca reivindicación del papel del bibliotecario en la sociedad.


La biblioteca es una unidad de información muy antigua que ha pasado de ser propia de grupos cerrados y elitistas a globalizarse. En el primer mundo existen muchos tipos de bibliotecas (escolares, municipales, infantiles, universitarias, especializadas, etc.) que se ajustan a cada tipología de usuario existente, para poder proporcionar el mejor servicio posible en cada caso.


El trabajador de la biblioteca, el bibliotecario, es un profesional flexible, que sigue el pulso de la sociedad y cuyo papel resulta esencial para el progreso de la misma, y la generación y desarrollo de mejores ciudadanos que aporten valor añadido y fundamenten las bases de mejoras en todos los ámbitos.


¿Cómo es el bibliotecario del Siglo XXI?


Lejos queda ya la imagen de la señora bibliotecaria, enjuta, seria, intransigente y con moño que se dedicaba a mandar callar y colocar libros antiquísimos.


Hoy en día el profesional de la información que trabaja en la biblioteca es un especialista en la búsqueda y tratamiento de contenidos informativos y formativos, y su función principal es servir de puente entre el usuario que tiene una necesidad informativa y los materiales que pueden satisfacer esa necesidad. Pero sus funciones van mucho más allá, por ejemplo:


- Trabaja con múltiples fuentes de información.

Con independencia de su naturaleza y su formato, que puede ser tradicional (sobre todo materiales en forma de libros y revistas) o nuevos formatos digitales. Además, el bibliotecario tiene la destreza de hallar nuevas fuentes de información y ponerlas a disposición de los usuarios.


- Tiene sólidos conocimientos de alfabetización informacional.


- Posee habilidades para el trato con los usuarios.

Un usuario de la biblioteca es lo mismo que un cliente de un establecimiento cualquiera, por lo que es necesario aplicar medidas similares para que quede satisfecho con el servicio. Entre otras muchas condiciones, es importante saber generar un ambiente agradable y positivo para que los usuarios se sientan cómodos, atendidos y no agobiados.


- Está preparado para desarrollar actividades en campos diversos según el tipo de biblioteca y necesidades de los usuarios.

Desde el diseño de los servicios bibliotecarios y la distribución de los espacios y recursos, hasta las búsquedas bibliográficas y la elaboración de dosieres, pasando por la programación y ejecución de actos para públicos concretos, por mencionar sólo algunas de las actividades más básicas.


- Puede actualizar sus conocimientos y habilidades de manera continua.

El cambio constante es una característica de la sociedad actual y se manifiesta en diferentes tipos de usuarios, nuevas necesidades, novedades tecnológicas, y un largo etcétera. El bibliotecario, por su trato directo con la gente, es especialmente sensible a estos cambios por los que debe tener una gran capacidad de aprendizaje y adaptación para seguir desarrollando su trabajo con éxito.


A pesar de la especialización de este trabajo y del papel fundamental del bibliotecario en la sociedad, se trata de una profesión generalmente muy desprotegida.


Amenazas de la profesión.


En la actualidad, los principales problemas con los que se encuentra la profesión de bibliotecario en España son dos: el intrusismo profesional y la (des)valoración de su función.


Intrusismo profesional. Las Administraciones Públicas y las empresas privadas no han adquirido aun conciencia de la necesidad de seleccionar de manera adecuada los profesionales que deben ocupar los puestos en bibliotecas y otras unidades de información. Hace ya muchos años que existen titulaciones universitarias específicas que forman a las personas en las funciones concretas propias del oficio y si a esto se añade que se trata de una profesión muy vocacional, da como resultado que el acceso a estos puestos debería estar mucho más restringido de lo que realmente está. No vale cualquier persona ni cualquier estudio para entender la complejidad de la profesión y poder cumplir satisfactoriamente el trabajo de bibliotecario.


Valoración de su función. O más bien la desvalorización de la profesión. Está generalizado en determinadas esferas que la profesión bibliotecaria no es importante y puede ser desarrollada por cualquier persona. No se aprecia el valor que aporta esta profesión a la sociedad desde los ámbitos más discretos y locales hasta el desarrollo y mejora de los entornos macrosociales.


Una de las herramientas de protección de la profesión de bibliotecario la constituye el Colegio Profesional, que agrupa a los profesionales del sector y que les exige un conjunto de requisitos que filtra intrusiones y mejora la calidad de la profesión.


En España, cada autonomía legisla sobre la creación (o no) de Colegios Profesionales de Bibliotecarios, Archiveros y Documentalistas, y no existe una normativa nacional que proteja esta profesión, lo que lleva a una situación muy dispar dependiendo de la región española dónde se encuentre el bibliotecario. En el caso concreto de Madrid está en marcha la Plataforma para la Creación del Colegio Oficial de Bibliotecarios, Archiveros y Documentalistas de Madrid, que espera poder crear el COBADM en un futuro próximo.


Conclusión.

La profesión de bibliotecario tiene una larga tradición y una de sus principales características es que ha girado desde su secretismo en algunos momentos de la historia hasta la total apertura y servicio al usuario tiene hoy día.


Está demostrado que la presencia de bibliotecas es un índice de calidad de vida y desarrollo de la sociedad, y por ello el papel del bibliotecario, aunque no siempre está adecuadamente reconocido, es muy relevante e incluso imprescindible.