domingo, 8 de noviembre de 2009

El Artículo del Domingo: Los servicios básicos de las bibliotecas públicas

Hoy dedicamos esta sección a la exposición de los principales servicios que se prestan en las bibliotecas públicas españolas. Un breve repaso para conocer qué puede encontrar un usuario en estas instituciones, y cuáles son las novedades en los servicios bibliotecarios.


Los tres servicios básicos comunes a todas las bibliotecas públicas son: la lectura en sala, el préstamo y la facilitación de información bibliográfica y asesoramiento.


Lectura en sala


Tal vez el servicio más antiguo ligado a las bibliotecas públicas. Toda biblioteca que se precie dispone de un espacio destinado a sala de lectura, en el que los usuarios de este servicio pueden acomodarse para leer y estudiar.


En la actualidad, se pueden distinguir dos tipos principales de usuarios de este servicio: los estudiantes y el resto de los usuarios.


Los estudiantes hacen uso de las salas de lectura como espacios para el estudio, para la preparación de sus exámenes y pruebas académicas. Rara vez utilizan materiales de la biblioteca (libros, publicaciones periódicas, multimedias), y se suelen centrar en la lectura y estudio de sus propios libros y apuntes. Muchas bibliotecas amplían sus horarios en periodos de exámenes para poder ofrecer las salas a los estudiantes. Sin embargo, dadas las características y necesidades de los estudiantes, bien podrían habilitarse salas con mesas, sillas y conexión wifi a Intenet para ellos, puesto que prescinden del uso de los genuinos servicios bibliotecarios.


El resto de los usuarios que utilizan la sala de lectura de las bibliotecas públicas se caracterizan por acudir regularmente a la biblioteca y no puntualmente, como los estudiantes. Sus actividades en dicha sala suelen ser la lectura de prensa u otras publicaciones periódicas, la búsqueda de información, e incluso la lectura y el estudio de monografías de la biblioteca.


Préstamo


Se trata también de un servicio con mucha tradición en las bibliotecas. Las condiciones de préstamo varían de un centro a otro, pero lo normal es que una persona que cuente con el carné de la biblioteca en cuestión pueda obtener en préstamo durante un periodo de tiempo limitado materiales bibliográficos y multimedia de los que dispone la institución.


Hasta el momento presente, la única modalidad posible para el préstamo de materiales bibliotecarios era la física; es decir, se prestaba el objeto libro / multimedia, que dejaba de estar en la biblioteca para marcharse con el usuario que lo tomaba prestado. Ahora, con la llegada del libro electrónico, se plantea una nueva modalidad de préstamo: la virtual.


Hay mucha gente que piensa que el préstamo virtual es algo muy etéreo y lejano, pero es justamente lo contrario. Las tecnologías y los dispositivos necesarios para llevarlo a cabo ya existen y también la predisposición de muchos usuarios (sobre todo, los nativos digitales) se encuentra ya presente. Lo que falta es salvar dos escollos: 1. Los derechos de autor, y 2. La resistencia al cambio.


El primero de los escollos se salvará cuando finalice la batalla legal que se mantiene entre titulares de los derechos y bibliotecas. Si bien entidades como la SGAE y las editoriales ven con malos ojos el papel de las bibliotecas, la realidad es que luchan y atacan a un aliado cuya actividad siempre les ha beneficiado. Las bibliotecas, a través de sus trabajadores, los bibliotecarios, hacen una constante tarea de promoción de libros, de recomendación de autores. Las bibliotecas no son una amenaza para autores y editores, son el mejor aliado que puedan encontrar.


La resistencia al cambio es un problema de mayor calado, si cabe, que el anterior. Administraciones, trabajadores (tanto funcionarios como personal laboral) y también parte de los usuarios, se muestran reacios a cambiar el modelo tradicional de biblioteca. Y, sin embargo, el cambio ya está aquí y es necesario. Pero ello no implica que las bibliotecas como existen en la actualidad vayan a desaparecer de un plumazo. Se debe iniciar un proceso de evolución por medio del cual se incorporen nuevos servicios y modalidades de trato con el público, simultaneándolos con los servicios tradicionales, no sustituyéndolos. Y eso no es sólo factible, sino imprescindible y, relativamente, sencillo de conseguir. Los beneficios de iniciar este proceso de adaptación a los nuevos entornos tecnológicos y sociales son muchos: captación de nuevos usuarios, promoción de los servicios bibliotecarios, maximización de la tarea realizada por las bibliotecas, etcétera. Hay varios ejemplos de cómo integrar las nuevas modalidades de préstamo en las bibliotecas y uno muy representativo es el de la biblioteca de la Universidad Politécnica de Cataluña, que presta e-readers a sus alumnos con cientos de materiales bibliográficos en su interior.


Información bibliográfica y asesoramiento


Es un servicio menos utilizado que los anteriores, pero muy recurrido por aquellos usuarios que saben que los bibliotecarios tienen frecuentemente la clave de la información que andan buscando. La información bibliográfica y el asesoramiento lo realizan los bibliotecarios, bien presencialmente, bien por otros medios: vía telefónica, e incluso por Internet. Éste es uno de los pocos servicios bibliotecarios que se han servido de las nuevas tecnologías con naturalidad, y tanto es así que existe un programa del Ministerio de Cultura y las Comunidades Autónomas denominado Pregunte: las bibliotecas responden destinado a ofrecer este servicio por Internet.


Pregunte.es utiliza un formulario Web para recoger los datos básicos de la consulta y el consultante. La información llega a alguno de los centros bibliotecarios colaboradores, y un bibliotecario envía un listado bibliográfico con aquellos materiales susceptibles de responder las necesidades de información y conocimiento planteadas por el usuario.


Por otra parte, los centros con los recursos económicos y humanos necesarios pueden ofrecer otros servicios, como son el servicio de informática y las actividades de extensión bibliotecaria.


El servicio de informática


Hasta hace unos pocos años, el número de bibliotecas públicas con servicio de informática era muy escaso, y en aquéllas que contaban con este servicio disponían de un número de terminales muy limitado. Sin embargo, Red.es, la empresa estatal encargada de implantar las nuevas tecnologías en todos los estratos de la sociedad, puso en marcha el proyecto Internet en las Bibliotecas, que dotó de equipos informáticos y de conexión a Internet a cientos de bibliotecas. Aunque el proyecto ya finalizó, los equipos quedaron bajo la titularidad de cada centro, con lo que pueden seguir ofreciendo el servicio de informática e Internet a sus usuarios.


Es un servicio que mejora la calidad de la biblioteca. Por una parte, los usuarios que carecen de ordenador o conexión a Internet en sus hogares, pueden acceder a éstos en la biblioteca. Por otra parte, las personas que carecen de habilidades informáticas disponen de un espacio para empezar a desarrollarlas.


Es un complemento a los servicios tradicionales de las instituciones bibliotecarias.


Las actividades de extensión bibliotecaria


Se trata del conjunto actividades, tanto extraordinarias como habituales, que se realizan bajo el auspicio de la biblioteca para sus usuarios, u otras personas interesadas.


El abanico de posibilidades es muy amplio, y elegir unas u otras sólo depende de una cuestión de recursos (sobre todo, económicos y humanos) y de voluntad de los responsables. Algunos ejemplos de actividades de extensión bibliotecaria son: exposiciones temáticas, club de lectura, talleres de formación de usuarios, encuentros con escritores / músicos / docentes..., cuentacuentos y visitas guiadas.


En conclusión, aunque en este artículo sólo se han presentado los servicios básicos de las bibliotecas públicas españolas, parece claro que estas instituciones están en disposición de cubrir, a través de sus servicios, la mayoría de las necesidades informativas y de conocimiento que tienen los usuarios. La adaptación de los centros a las nuevas realidades garantiza tanto la calidad de sus servicios como la propia supervivencia de los centros.